«Cuidándonos desde casa» VII

«Día de descanso»

Y llegó el domingo. Segundo domingo atípico. Día en el que la mayoría disfrutamos de nuestro día de descanso. Pero hoy tenemos una mayor certeza de que ese día de descanso también es un privilegio.

Hay muchos profesionales que siempre han estado ahí en nuestro día de descanso. Y es ahora cuando somos conscientes, conscientes de su esfuerzo, de su valentía, de los sacrificios que están haciendo, del amor por su trabajo, y que son los que velan por nuestra salud y seguridad. En estos días hemos observado las muestras que la sociedad les transmite por todo lo que hacen. Sin embargo, debemos de ser conscientes de nuestra frágil memoria.

¿Por qué digo ésto? Durante esta semana que hoy acaba hemos experimentado situaciones a las que no estábamos habituados, hemos visto la solidaridad o no de nuestros vecinos o amigos, hemos experimentado la incertidumbre colectiva, los miedos, temores,… Ha sido una primera fase.

Ahora nos adentramos a una segunda fase. En ella ya no hay novedad, ya todos hemos empezado a organizar poco a poco nuestra vida confinada, nos vamos orientando las horas, los quehaceres,… En la mayoría de barrios o patios se suceden los aplausos a las ocho de la noche, nos conectamos con amigos a una hora determinada,…

Los que me seguís en esta andadura, sabéis que ayer os decía  Ésto también pasará.

Seguiré aquí, proporcionando mi propio granito de arena para todo el que lo quiera coger. Disfrutar del domingo.

 

Acerca de Myriam Moral-Rato

Comencé mi andadura en el campo de las Neurociencias en el año 1991 y desde entonces no ha dejado de apasionarme este campo. Quisiera compartir con vosotros la pasión por conocernos a nosotros mismos, por indagar y experimentar qué hace nuestro cerebro para permitirnos desarrollar tantas actividades como nos propongamos. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar qué hace nuestro cerebro para por ejemplo poder leer estas líneas: poder verlas, distinguirlas, leerlas y comprenderlas? ¿Y, qué debe hacer nuestro cerebro para poder recordarlas? El trabajo desempeñado como neuropsicóloga me ha permitido observar los cambios que se generan tanto en la persona que sufre un daño cerebral, como en sus allegados y en su entorno, a todos los niveles. ¿Cómo afectaría a nuestra vida si nuestro cerebro no nos permitiese funcionar adecuadamente: podríamos ir al cine, podríamos conducir, podríamos salir solos de casa, o trabajar y estudiar,…? Y si fuese así, ¿cómo saber qué es lo que falla, como poder solucionarlo o paliarlo, cómo poder mejorar nuestra calidad de vida? ¿Y, cómo pueden ayudarme o comprendernos los demás?
Esta entrada fue publicada en atención y concentración. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.