Reflexiones:
Somos seres profundamente visuales. Sólo cuando estamos muy concentrados en nuestros pensamientos podemos ver sin ver, es decir, como cuando tenemos la mirada perdida en el infinito o incluso cerramos los ojos para pensar algo. Sin embargo, normalmente a nuestros ojos, cuando están abiertos, la luz se impone incluso al pensamiento.
La sensación de luz que invade nuestra mente cuando tenemos los ojos abiertos es tan fuerte que nos hace creer que esa luz está ahí fuera, llenando también el mundo que nos rodea, y que nuestros ojos lo único que hacen es recibirla y sentirlas. Pero no, no es así. La luz y los colores que vemos son sólo la lectura que nuestro cerebro y nuestra mente consciente hacen de lo que verdaderamente hay fuera de nosotros, que no es otra cosa que materia y energía. (Ignacio Morgado: Cómo percibimos el mundo).
Si ésto es así, cada uno de nosotros desarrolla una percepción en este caso visual, determinada, que nos ayuda a desenvolvernos en el mundo, a percibir la profundidad de los objetos y el movimiento, el tamaño, el color, a reconocer un teléfono móvil como el nuestro, a reconocer rostros conocidos, las emociones inherentes a unas expresiones determinadas,…; en definitiva a interpretar lo que vemos. Es decir, es un aprendizaje desde que nuestros ojos se abrieron a la luz por primera vez.
No obstante, este aprendizaje puede coartarnos en nuestro desarrollo creativo. Veamos cómo. Por ejemplo, en el reconocimiento de rostros. Somos muy buenos identificando rostros como conocidos o no. Cuando salimos a la calle, nos cruzamos con personas, animales, objetos, etc., pero hacemos una rápida visión: conocido-no conocido, está en mi camino-no me entorpece en mi camino; presto atención al perro-no presto atención al perro,… Somos muy buenos desenvolviéndonos en el mundo. Pero ahora les propongo algo, el rostro que más conocen y al que han visto toda su vida es el suyo propio. Podrían decirme las pecas, marcas, arrugas, lunares, manchas, granos,…. que tienen en su cara sin mirarse en un espejo?No, verdad? Pues imaginen lo que sería tener que dibujarse. Quieran o no dibujar su rostro, o cualquier otra cosa relacionado con el arte, usen la visión para contemplar en profundidad lo que ven sus ojos, aprendan a observar. Creo que ésto les ayudará en el desarrollo de la creatividad en cualquier faceta de la vida.