Las funciones ejecutivas son aquellas que nos permiten poner en orden todas nuestras capacidades para llevar a cabo una acción concreta.
Las utilizamos constantemente, si bien no siempre en el nivel óptimo. Por ello, tengamos o no un daño cerebral, se necesita reeducar conscientemente tales funciones para mantener un desarrollo progresivo de nuestras habilidades.
Así, por ejemplo, podemos tener una intención o actividad futura a realizar, como puede ser: «Buscar información de becas de estudio por internet», pero para poder llevarlo a cabo, debemos:
1.- Considerar que esa actividad es prioritaria, frente a otras actividades que realizamos: ir al gimnasio, salir con amigos,…
2.- Poner un límite para realizar esa actividad, por ejemplo, llevarla a cabo antes del 29 de enero.
3.- Tener la intención de cumplirla. «Si no lo hago mi vida va a seguir pasando sin tener yo el control sobre ella. No voy a cumplir con lo que me propongo», y
4.- Concretarlo. Es decir, planificar en qué momento y día podemos hacerlo desde ahora. «Podría hacerlo hoy a las 7 de la tarde, el martes a las 4 o el miércoles a las 12 después del gimnasio. Así lo tendría hecho antes del 29».
Puede parecernos trivial estas situaciones, sin embrago se dan, ¿o no?. Piense cuando fue la última vez que se propuso hacer algo y lo pospuso tanto en el tiempo que no llegó a realizarlo. ¿A que no hace mucho de ello?