Un poco de atención, por favor. Complejidad y limitación de la atención.

 Hasta ahora hemos hablado acerca de la necesidad de estar y ser conscientes y de cómo la información procedente de nuestros sentidos entra en nuestro cerebro y nos permite percibir nuestro entorno.

 También hemos hablado de cómo nuestro cerebro está siempre “listo”, siempre sincronizado con la corriente inacabable de percepciones que le llegan.

 Sin embargo, todo ello requiere de un control, es donde comienza la cognición propiamente dicha. Si no hubiera un control la información inacabable sería abrumadora, y pronto nos veríamos colapsados. Necesitamos prestar deliberadamente atención a un estímulo, encender el “foco” o “iluminar” un estímulo concreto de todos los que nos rodean para poder actuar.

 Rodolfo Llinás, jefe de fisiología y neurociencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, utiliza la analogía de ir a una tienda:

Antes de entrar en una tienda (el cerebro), usted (el estímulo) mira por la ventana y ve un grupo de dependientes (las neuronas) que hablan entre sí. Hay actividad, comunicación. Entra en la tienda, con lo que se convierte en un estímulo nuevo. Al principio los dependientes siguen charlando; puede que se hayan dado cuenta de su presencia, pero no le prestan atención (saben qué es y dónde está). Pero si usted al aclararse la garganta hace un ruido suficiente, uno de ellos le mirará. Ahora es usted parte de la atención del cerebro (el cerebro está a la espera). Si usted dice: “Quiero comprar esos zapatos”, todos los vendedores, de golpe, le prestarán atención. El cerebro es ahora consciente de usted. Siendo ahora conscientes del estímulo, algunos de los dependientes entran en acción (responden selectivamente al estímulo importante): uno va al almacén por su número de zapato, otro a la caja registradora para marcar la venta; algunos más, que estaban en la parte frontal de la tienda montando un escaparate, siguen haciendo lo que estaban haciendo sin fijarse en los otros dependientes en absoluto. De manera parecida, el cerebro atiende, responde, decide.

La atención como Sistema complejo:

Visto así, parece sencillo el proceso de la atención. Sin embargo, si profundizamos, la atención es un proceso muy complejo. No sólo consiste en “iluminar” un estímulo de un inmenso grupo de estímulos que aparecen sino también en ser capaces de mantener el “foco” durante un tiempo; en ser capaz de cambiar el “foco” de atención hacia otro estímulo; y, en ser capaz de seleccionar el estímulo más adecuado a cada momento para “iluminar” y sobre el que prestar atención.

Imagínese en una fiesta: Podrá atender a varios elementos de ese ambiente simultáneamente: beber mientras escucha a un amigo y observa cómo otra amiga baila en la pista con un nuevo compañero. O podrá usted procesar los muchos estímulos por medio de un filtro y centrar su atención en el rostro y las palabras de su amigo y mientras parecería no oír las otras docenas de voces ni ver las demás imágenes visuales de la habitación.También podría combinar las percepciones para identificar la noción abstracta de que quizá se esté fraguando una pelea en la otra punta de la habitación. La intensidad con que se atiende a éstos estímulos estará determinada por cuanto interés o ansiedad  sintamos, o por el estado de alerta en el que nos encontremos. Pero si esto no fuera poco, el cerebro ha de atender además a los estímulos procedentes de dentro de sí mismo, los recuerdos y los pensamientos por ejemplo, así como los que le llegan del cuerpo. La atención, por tanto es un sistema complejo.

Esto no sólo ocurre en una fiesta, ocurre en todas las actividades que realizamos diariamente. En nuestra vida cotidiana estamos expuestos a infinidad de estímulos simultáneos, escuchamos la radio mientras conducimos a la vez que vemos carteles publicitarios y la gente que pasa, los coches que se nos cruzan, nuestro acompañante que nos habla sobre un tema de interés y el recuerdo de algo que no hemos hecho antes de salir de casa.

            Ahora, sí somos capaces de verle la complejidad, ¿verdad?.

            La atención como Sistema limitado:

Nuestra atención es también limitada. Esto lo comprobamos al ver la cantidad de accidentes de tráfico que ocurren cuando vamos conduciendo y a la vez vamos hablando por el teléfono móvil o mandando incluso mensajes. Esto no es hacer multitareas y prestar atención a ambas cosas a la vez sino que los estímulos a los que debemos prestar atención se interfieren entre sí y ello reduce nuestra capacidad de atención. Creemos que estamos prestando atención a todo a la vez pero, de hecho, no lo estamos. De este modo, nuestro desempeño en algo empeora cuando prestamos atención también a otra cosa.

La capacidad de estar atentos a cada uno de estos estímulos es limitada, así mismo esa capacidad está adecuada a los distintos tipos de acciones que debemos desarrollar en nuestra vida, ya que para distintos tipos de acciones se necesitan distintos tipos de atención.

No se requiere la misma clase de atención al estar en una clase de matemáticas que en una plaza tomando el sol.

¿Qué es la atención? ¿Qué tipos de atención existen? ¿Cómo opera el proceso de selección entre los distintos estímulos? ¿Se puede modificar la atención? ¿Cómo se relaciona la memoria con la atención? de estas cuestiones, hablaremos en una nueva ocasión.

Acerca de Myriam Moral-Rato

Comencé mi andadura en el campo de las Neurociencias en el año 1991 y desde entonces no ha dejado de apasionarme este campo. Quisiera compartir con vosotros la pasión por conocernos a nosotros mismos, por indagar y experimentar qué hace nuestro cerebro para permitirnos desarrollar tantas actividades como nos propongamos. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar qué hace nuestro cerebro para por ejemplo poder leer estas líneas: poder verlas, distinguirlas, leerlas y comprenderlas? ¿Y, qué debe hacer nuestro cerebro para poder recordarlas? El trabajo desempeñado como neuropsicóloga me ha permitido observar los cambios que se generan tanto en la persona que sufre un daño cerebral, como en sus allegados y en su entorno, a todos los niveles. ¿Cómo afectaría a nuestra vida si nuestro cerebro no nos permitiese funcionar adecuadamente: podríamos ir al cine, podríamos conducir, podríamos salir solos de casa, o trabajar y estudiar,…? Y si fuese así, ¿cómo saber qué es lo que falla, como poder solucionarlo o paliarlo, cómo poder mejorar nuestra calidad de vida? ¿Y, cómo pueden ayudarme o comprendernos los demás?
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