¿Qué se entiende por memoria? ¿Por qué tenemos miedo a perderla? ¿Cómo nos afectaría? Se ha hablado mucho de la memoria, y principalmente tras el estudio de pacientes que sufren algún tipo de demencia, donde su rasgo más característico o sobresaliente es una falta de memoria. Sabemos actualmente lo que conlleva esta situación: una pérdida de quienes somos, de nuestros recuerdos, de nuestras vivencias, e incluso de nuestro presente y nuestro futuro.
El ser humano y sus experiencias quedan resumidos día a día en la memoria no sólo de la persona sino de las personas que hay en un determinado contexto, es decir, no es atrevido afirmar que somos nuestra memoria y la memoria de aquellas personas que nos conocen.
La memoria implica palabras o vocablos tales como almacenar, recordar, retener o evocar, entre otros. Constituye un proceso básico para la adaptación del ser humano al mundo que lo rodea.
La memoria es parte importante de nosotros mismos. ¿Cómo podríamos describirnos a nosotros mismos si no tuviésemos recuerdos de nuestra infancia, juventud, nuestro primer trabajo,…, nuestros gustos y aficiones, nuestros conocimientos, nuestras experiencias?
Nuestra memoria permite construirnos una personalidad, una identidad integrando los episodios de nuestra historia personal. Gracias a que tenemos esta capacidad de recordar las experiencias pasadas, podemos adaptarnos al presente y anticipar el futuro. Es por eso por lo que tememos que falle, porque nos inspira el miedo a una senilidad precoz o a otras afecciones graves que nos privarían de nuestras facultades de adaptación.