Piensa en tu vida diaria: aunque tengamos vidas ajetreadas, la mayoría tendemos a repetir siempre las mismas rutinas y eso implica que utilizamos siempre los mismos caminos neuronales en el cerebro. Para crear nuevos caminos, haz gimnasia con tus neuronas: estiralas, sorprendelas, sacalas de su rutina y presentales novedades divertidas a través de todos tus sentidos.
Algunas sugerencias:
– Vístete o duchate con los ojos cerrados ( tus manos notarán texturas que nunca habías percibido).
– Haz el amor de una forma diferente, cerrando los ojos o centrándote en un sentido que suele usar menos.
– Utiliza la mano no dominante para actividades sencillas, como lavarte los dientes.
– Come con los ojos tapados.
-Lee en voz alta.
– Cambia de ruta para ir a los sitios habituales.
– Modifica cualquier rutina, por ejemplo cambia algunos objetos de sitio, como la papelera.
Y lo que es más importante: Lo que el cerebro puede hacerle a nuestros sentidos también se lo puede hacer a nuestra forma de percibir la vida, a nuestra capacidad de estar optimistas o pesimistas.
Al empezar o al terminar el día, y durante dos semanas, piensa en diez cosas buenas que te han ocurrido pero que te hayan pasado desapercibidas.Este ejercicio es fantástico porque entrenas el cerebro a pensar en positivo. Cuando notes que te estás escorando hacia lo negativo, planteate hacer el ejercicio de nuevo.
Seamos optimistas, siempre nos irá mejor.